{mosimage}Terminamos con la sensación de no haber perdido el tiempo. Algo que no se da
siempre en nuestras reuniones.
Los días 9 y 10 de enero nos reunimos en Madrid los Misioneros de la Consolata y las Hermanas de la Consolata para la Asamblea regional dedicada a la Formación Permanente. El tema: la interculturalidad.
Hasta ahora nuestras comunidades de AMV estaban formadas por un europeo, un africano y un latinoamericano. Por ello es un tema que nos afecta muy directamente.
En la reflexión de día y medio nos acompañó el Laico Misionero de la Consolata Silvio Testa que trabajó en Roraima y actualmente está a cargo del centro Malaika, unido a nuestra comunidad de Málaga. Un centro de diálogo interreligioso e intercultural.
Los días 9 y 10 de enero nos reunimos en Madrid los Misioneros de la Consolata y las Hermanas de la Consolata para la Asamblea regional dedicada a la Formación Permanente. El tema: la interculturalidad.
Hasta ahora nuestras comunidades de AMV estaban formadas por un europeo, un africano y un latinoamericano. Por ello es un tema que nos afecta muy directamente.
En la reflexión de día y medio nos acompañó el Laico Misionero de la Consolata Silvio Testa que trabajó en Roraima y actualmente está a cargo del centro Malaika, unido a nuestra comunidad de Málaga. Un centro de diálogo interreligioso e intercultural.
Silvio nos fue ofreciendo materiales y esquemas para empezar a trabajar los marcos teórico,
teológico, metodológico y el plan de actuación a partir de la realidad vital, el proyecto pastoral,
la dinámica y el proyecto comunitario y la dinámica de trabajo.
Comenzamos con cierto temor ante la
complejidad del tema, pero la dinámica de trabajo donde cada uno iba analizando un aspecto, seguido de la puesta en
común y el diálogo comunitario, nos permitió establecer un mínimo marco teórico,
clarificar conceptos y llegar a aspectos concretos de la relación intercultural en nuestras comunidades y en
nuestra región.
Pudimos analizar nuestras debilidades y fortalezas internas, así como las amenazas y oportunidades externas respecto a la relación intercultural.
Entre todos se fueron delineando estrategias para crecer en el diálogo, especialmente a nivel de comunidad, tomando conciencia de los conflictos y antagonismos que el hecho de la interculturalidad crea.
Buscamos cómo afrontar esos conflictos, que se dan en la persona y en la comunidad de una forma abierta, sincera y respetuosa de la diversidad.
No ocultar esos conflictos bajo fórmulas hechas como “la diversidad es una riqueza”, o justificando actitudes personales bajo el nombre de “pautas culturales”.
Hubo conclusiones comunes encaminadas a potenciar el diálogo que haga de los antagonismos elementos complementarios en nuestra vida y trabajo.
Lo más importante es que nadie fue indiferente frente al tema. Cada uno vio reflejadas sus actitudes personales y cada uno sacó sus conclusiones.
Quedó el compromiso de seguir profundizando el tema, incluirlo en el PCV de cada comunidad…
Las consecuencias empezaron a verse el mismo día 10 a la tarde, cuando al tratar algunos temas concretos de la región, por ejemplo respecto a algunos aspectos de la economía, tuvimos que hacer un esfuerzo para poner en práctica lo que habíamos reflexionado sobre el diálogo intercultural.
Un tema complejo, apasionante y especialmente urgente en nuestro Instituto.
Pudimos analizar nuestras debilidades y fortalezas internas, así como las amenazas y oportunidades externas respecto a la relación intercultural.
Entre todos se fueron delineando estrategias para crecer en el diálogo, especialmente a nivel de comunidad, tomando conciencia de los conflictos y antagonismos que el hecho de la interculturalidad crea.
Buscamos cómo afrontar esos conflictos, que se dan en la persona y en la comunidad de una forma abierta, sincera y respetuosa de la diversidad.
No ocultar esos conflictos bajo fórmulas hechas como “la diversidad es una riqueza”, o justificando actitudes personales bajo el nombre de “pautas culturales”.
Hubo conclusiones comunes encaminadas a potenciar el diálogo que haga de los antagonismos elementos complementarios en nuestra vida y trabajo.
Lo más importante es que nadie fue indiferente frente al tema. Cada uno vio reflejadas sus actitudes personales y cada uno sacó sus conclusiones.
Quedó el compromiso de seguir profundizando el tema, incluirlo en el PCV de cada comunidad…
Las consecuencias empezaron a verse el mismo día 10 a la tarde, cuando al tratar algunos temas concretos de la región, por ejemplo respecto a algunos aspectos de la economía, tuvimos que hacer un esfuerzo para poner en práctica lo que habíamos reflexionado sobre el diálogo intercultural.
Un tema complejo, apasionante y especialmente urgente en nuestro Instituto.