El pasado 6 de octubre de 2015, nuestra comunidad de la Casa Regional IMC de Colombia-Ecuador, celebró con mucha alegría los 50 años de Profesión Religiosa y los 75 años de vida del P. Luis (Luigi) Duravía, nacido en Treviso (Italia) y naturalizado colombiano, con sus 46 años de vida misionera dedicada al trabajo en Colombia, en diversas actividades.
Actualmente el P. Luis Duravia es rector del Colegio Bilingüe José Allamano, en Bogotá. Pedimos a Jesús que por intercesión de nuestra Madre Consolata y el Beato José Allamano, nuestro padre fundador, que siga bendiciendo su vida y consagración misionera, religiosa y sacerdotal...
Felicidades P. Luis Duravía... y gracias por su ejemplo de vida y misión...
Muy recordados Padres, hermanos del P. Vicente Pellegrino,
Una buena noche. Hace apenas una media hora, a las 9 p.m., el P. Adalberto López me golpeaba la puerta dándome la noticia de la salida para el Cielo del P.Vicente. Un paro cardio-respiratorio es lo que se venia venir en estos días, desde el 2 de octubre en que fue internado de urgencia en la clínica particular Santillana. Un bloque intestinal agravado por 26 años de aguante desde la operación de colonstomía que le hicieron en Cartagena de Indias, sin cesar nunca en su dedicación misionera, especialmente a los queridos Afro-colombianos de la costa atlántica y pacífica a los cuales se entregó con cuerpo, alma y...todo.
Otros resaltarán sus virtudes humanas y misioneras. Por ahora he buscado rápidamente en mi archivo fotográfico y les envío copia. La coincidencia con octubre misionero de un religioso como Él es una ofrenda preciosa que el Señor nos pide y un ejemplo a seguir.
A mi en particular me ha tocado en estos días visitarlo y llevarle la Consolación más grande: la Eucaristía y hasta rezar con Él y el Hermano Galindo, el 7, fiesta de la Virgen del Rosario, un Rosario que Él rezó con ojos semiabiertos mientras recordábamos los Santuarios de su Tierra Boves en provincia de Cuneo: Fontanelle, Madonna dei Boschi, la Certosa de Santa María, el grandioso Santuario de Mondoví ecc.
Esta mañana, por invitación del P. Adalberto le propuse recibir la Unción de los Enfermos para fortaleza y salud. La recibió con gusto y con gran fervor.
En sus momentos de alguna laguna mental le pidió al P. Superior de ir a Alpignano...casi como si se encontrara ya en Casa Madre. La noche pasada, que fue de mucha agitación, le decía a la enfermera que lo asistía que él habría deseado pasar los últimos días cerca de su Familia.
Es el Primero que se despide de la vida en esta Comunidad nueva de San José, y es también el último llegado.
Gracias a Dios por el don de haberlo tenido con nosotros!
Amazonía, fuente de vida en el corazón de la Iglesia
Convocados por la Pastoral Social – Caritas Colombiana y la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), fue realizado en Bogotá, los días 26 y 27 de septiembre de 2015 el encuentro de conformación de la Red Eclesial Panamazónica de Colombia. Participaron del encuentro alrededor de 50 personas, entre obispos, sacerdotes, religiosas y laicos de las doce jurisdicciones eclesiásticas amazónicas: Villavicencio, Granada, San José del Guaviare, Puerto Gaitán, Mocoa-Sibundoy, Florencia, San Vicente del Caguán, Puerto Leguízamo-Solano, Mitú, Puerto Carreño, Puerto Inírida y Leticia, además representantes de la Pastoral Social – Caritas Colombia y de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM).
La Amazonía colombiana equivale al 42,4% del territorio del país y abarca 6% de la Amazonia continental, donde viven 62 pueblos indígenas y cerca de un millón de personas, divididos en 10 departamentos, 58 municipios, 170 resguardos indígenas y con 11 áreas de protección nacional. Ante la diversidad de poblaciones humanas (indígena, afro-descendiente, campesinos, colonos), fauna, flora, suelos, agua y dinámica propia, encontramos muchas amenazas de la explotación minera y petrolera, proyectos gubernamentales e intereses extranjeros inadecuados para la región, falta de presencia del Estado y violencia armada, cultivos ilícitos etc., frente a los cuales debemos responder con urgencia de manera profética desde una acción evangelizadora con “rostro amazónico”.
En el primer día, se abordó la realidad desde tres miradas: una mirada socioeconómico-ambiental global de la Amazonía (Mauricio López – secretario ejecutivo de la REPAM), una mirada integral de la realidad de la Amazonía colombiana (Ivonne Cueto Gómez de Parques Nacionales Naturales de Colombia y Juan Carlos Alonso del Instituto Amazónico SINCHI) y una mirada en el camino de la REPAM (Mons. Pedro Barreto, obispo de Huancayo – Perú – y responsable de la REPAM junto al CELAM). En un segundo momento, se realizaron trabajos en grupos para compartir las problemáticas más relevantes que desafían nuestra acción pastoral, y Mons. Oscar Urbina, obispo de Villavicencio y vicepresidente de la CEC, nos compartió una lectura teológica del cuidado de la creación desde el capítulo dos de la encíclica Laudato Sí. Se concluyó la jornada con la celebración eucarística presidida por Mons. Francisco Javier Múnera, obispo vicario apostólico de San Vicente del Caguán.
El segundo día se inició con la celebración eucarística presidida por Mons. Oscar Urbina. En seguida, Mauricio Lopez y el P. Alfredo Fierro SJ, compartieron las experiencias de la REPAM. Se realizaron dos trabajos en grupo y plenarias mirando las respuestas y logros alcanzados e identificando algunas líneas de trabajo para la Amazonía. Se finalizó el encuentro definiendo tres líneas generales de acción (sensibilización, formación e incidencia) y eligiendo una comisión para animar la Red Eclesial Panamazónica de Colombia, presidida por Mons. Oscar Urbina y conformada por los obispos de Florencia (Mons. Omar Mejía), de Leticia (Mons. José de Jesús Quintero) y de Granada (Mons. José Figueroa) y algunos representantes sacerdotes, religiosa y laicos presentes en el encuentro.
Se clausuró el encuentro con una celebración de envío iluminada por los compromisos que asumimos a partir de este encuentro, para que la Amazonía continúe siendo “fuente de vida en el corazón de la Iglesia” y de la sociedad.
Comunicado de la Comisión de Justicia y Paz de la CEV SOBRE LA ACTUAL
SITUACIÓN EN LA ZONA FRONTERIZA COLOMBO/VENEZOLANA
He visto la aflicción de mi pueblo y he oído su clamor” Éxodo 3,7
Alto a los atropellos en las deportaciones.
Los derechos humanos son los mismos para todos
1.- La Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de
Venezuela, atenta a todo lo que tiene que ver con los derechos
humanos, se encuentra profundamente preocupada por diversas denuncias
sobre graves violaciones a los derechos humanos en el marco del
Decreto de suspensión de garantías constitucionales en varios
municipios de la frontera, pues es una situación que afecta a todos
los que vivimos en Venezuela, dado que es inmensa la presencia de
colombianos en nuestra tierra, y son más los vínculos de fraternidad y
cooperación existentes. Más allá de diferencias o de situaciones
irregulares, priva el respeto a la vida y a un trato cordial. No se
puede estigmatizar a todo un colectivo de presuntos delitos sin el
debido proceso y el derecho a la defensa.
2.-La Comisión ha estado monitoreando y recabando información sobre
los acontecimientos que se han registrado en la frontera
colombo/venezolana en los últimos días, y ante las graves denuncias
sobre masivas deportaciones de ciudadanos de nacionalidad colombiana,
que sin ningún tipo de procedimiento previo, no se les ha garantizado
un debido proceso establecido en nuestra Constitución y en tratados
internacionales de Derechos Humanos debidamente suscritos y
ratificados por Venezuela.
3.- Hemos tenido conocimiento que muchas de estas personas han sido
obligadas a salir de manera abrupta, sin enseres, sin alimentos,
muchos de ellos solo con la ropa que llevan puesta, sus casas
allanadas sin ninguna orden judicial y destruidas; en algunos casos
fueron robadas las pertenencias de aquellos pobres moradores.
4.- A ello se une el drama de ver familias separadas, especialmente
madres y padres que han sido obligadas a dejar a sus hijos menores en
territorio venezolano, y más grave aún resulta de enorme preocupación
la utilización del poder punitivo del Estado para criminalizar a estos
ciudadanos de origen colombianos como miembros de grupos irregulares.
5.- Condenamos cualquier actuación de esta naturaleza y hacemos un
llamado a las autoridades venezolanas a aplicar todas aquellas medidas
destinadas a garantizar el debido proceso y la integridad física de
las personas, con especial énfasis en el derecho a la vida y lo
propuesto en nuestra Constitución y leyes.
6.- Expresamos nuestra preocupación porque persisten las denuncias
sobre un uso excesivo y desproporcionado de la fuerza por parte de
agentes de seguridad del Estado, encargada de realizar dicho
operativo. En un estado democrático de derecho y de justicia, no es
posible aceptar que en aras de la defensa nacional, la seguridad y la
soberanía, se hagan procedimientos militares de alta peligrosidad
contra la población civil.
7.- Hacemos un llamado a las autoridades garantes de los Derechos
Humanos de ambos países para que este problema que nos afecta a todos,
tenga una rápida solución y que no se convierta en un problema
político o ideológico, ni en una ocasión para promover la xenofobia o
el desprecio de ningún ciudadano por razón de su origen.
8.- Nos solidarizamos con los millones de colombianos que han hecho
vida en nuestra patria y nos han enriquecido con sus virtudes y
capacidades. No hay familia venezolana que no tenga vínculos
consanguíneos, de afinidad, de trabajo o de cualquier otra índole con
nuestros hermanos colombianos lo que nos ha permitido vivir en
fraternidad. A todos los familiares de las víctimas, les expresamos
nuestra solidaridad y oración en estos momentos de tristeza y dolor.
Pedimos a todos orar intensamente y colaborar con nuestros hermanos
evitando cualquier estigmatización.
9.- En estos dolorosos momentos hacemos un llamado a la sensatez y a
la calma. Que la condición de cristianos de la inmensa mayoría mueva
las fibras de la solidaridad, de la misericordia, del perdón, y
desterremos todo lo que nos lleve al desprecio, a la violencia, o a la
guerra. Pedimos perdón porque los hechos y dichos sobre nuestros
hermanos colombianos no representan el sentir de nuestro pueblo.
Exigimos
Que se restituya la normalidad cuanto antes, pues son más las penurias
y zozobras que viven quienes habitan a ambos lados de la frontera, y
no sólo a ellos, sino a toda la población de los dos países que siguen
con estupor el desarrollo de los acontecimientos, a todas luces,
denigrantes de la condición de seres civilizados y hermanos.
Devolución de bienes: muchas de las personas deportadas no han podido
llevarse sus pertenencias que han quedado en el territorio venezolano,
es de justicia devolver a quienes pertenecen los bienes inmuebles y de
demás rubros; es urgente que la familia se reunifique en la totalidad
de sus miembros para evitar una crisis humanitaria por deportaciones
masivas, para ello deseamos como venezolanos ver la respuesta del
Poder Moral en pleno, no justificando acciones, sino trabajando para
que se respeten los Derechos Humanos de todos los ciudadanos, sean
Venezolanos o Colombianos.
Sabemos de los dolores y tristeza en tantas personas que han sufrido y
siguen sufriendo por estas acciones. Expresamos nuestra solidaridad y
esperanza en estos momentos de angustia. Los ciudadanos venezolanos
nos sentimos hermanos del vecino país, nunca han sido extraños, sino
que tenemos una historia común. Estas acciones efectistas deben
ponernos a reflexionar sobre el futuro de nuestro país, sobre las
responsabilidades de la dirigencia política y militar en la conducción
de nuestra nación, sobre la paz interna y lo que queremos y anhelamos
los venezolanos.
EL ESTADO TIENE LA OBLIGACIÓN DE GARANTIZAR LOS DERECHOS HUMANOS DE
TODOS SUS CIUDADANOS INCLUYENDO LOS EXTRANJEROS BAJO SU JURISDICCION
+Mons. Roberto Lückert León
Presidente
Oficina de Justicia y Paz
+ Mons. Baltazar Porras
Presidente de la Comisión de Pastoral Social Caritas
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“laudato si’, mi signore”- “alabado seas, mi Señor”, “cantaba san Francisco de Asís. En ese hermoso cantico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos”.
Con estas hermosas palabras inicia el papa Francisco su encíclica Laudato Si y toda ella es una invitación al cuidado de la casa común que es la tierra. En respuesta a este llamado, la pastoral juvenil del Vicariato Puerto Leguízamo solano los días 21,22 y 23 del mes de agosto organizó un encuentro juvenil cuyo lema general fue “JOVEN ATIENDE EL CLAMOR DE LA CASA COMUN”. Con este lema se trato de recoger la preocupación cada vez más creciente por el cuidado de la tierra.
Participaron 100 jóvenes, provenientes de Italia, Perú, y de distintas regiones de Colombia: Bucaramanga y Manizales. También se unieron las parroquias de nuestro vicariato (Nuestra Señora de las Mercedes de Solano, El Sagrado Corazón de Jesús de la Tagua, Nuestra Señora de Fátima de Puerto Ospina, el Divino Niño y Nuestra Señora del Carmen de Puerto Leguízamo).
El encuentro tenía como objetivo ayudar a los jóvenes a tomar conciencia del cuidado y conservación que se debe tener con toda la creación. Para lograr tal objetivo se dividió el encuentro en tres días.
El primer día tuvo como lema: “Nuestros Orígenes: Armonía con el creador y la creación” para desarrollar esta primera parte tuvimos un encuentro con los abuelos y caciques de la maloca de ASILAPP, que congrega a las distintas comunidades indígenas del Putumayo. Ellos expusieron la cosmovisión de los pueblos indígenas y el llamado urgente a respetar la naturaleza viviendo en armonía con ella. Además exhortaron a los jóvenes a no ver la naturaleza como un medio para lucrarse económicamente, sino como nuestra madre tierra la cual debemos respetar y querer. Fue un momento de espiritualidad dentro del espacio sagrado que es la maloca.
En el segundo día el lema que nos inspiró fue “los orígenes de nuestros pueblos” “Génesis y anti-génesis”. En la mañana los jóvenes representaron mitos y leyendas de sus pueblos de origen; posteriormente monseñor Joaquín Humberto Pinzón orientó una reflexión desde el libro del génesis, referente a la creación con el tema "una maloca para todos". En la tarde vivimos el momento del “anti_ génesis” en el cual los jóvenes experimentaron en distintos espacios las problemáticas que esta atravesando nuestro planeta (desechos, ruido, emision de gases, calentamiento global, deforestación, etc.) Esto llevó a los jóvenes a tomar conciencia de que nos encontramos ante una realidad de destrucción en la cual debemos buscar urgentemente respuestas empezando por nuestros lugares de origen. En la noche junto con la comunidad, se ha dado el espacio para que los jóvenes muestren sus talentos por medio del canto, la danza etc.
El tercer momento lo vivimos el Domingo que tenía como lema “un llamado urgente al compromiso: somos parte de la creación”. Tomando los distintos elementos de la naturaleza, se generaron compromisos: siembra de árboles, la no contaminación del agua y al mismo tiempo valorarla, el cuidado de los animales que se encuentran el peligro de extinción, entre otros. Al final de la jornada concluímos el encuentro con una eucaristía precedida por Mons. Joaquín Humberto Pinzón.
Finalmente queremos agradecer como vicariato, por su valiosa colaboración. Sin su apoyo estas actividades no serían posible. Dios les bendiga por su generosidad y seguramente con su aporte han contribuido para que muchos jóvenes tomen compromisos concretos en el cuidado de la “casa Común”.
Dios le bendiga.
párroco Nuestra Señora del Carmen Puerto Leguízamo