Jesucristo, Señor Nuestro,
Acudimos a ti en esta hora de tantas necesidades en nuestra patria.
Nos sentimos inquietos y esperanzados, y pedimos la fortaleza
como don precioso de tu Espíritu.
Anhelamos ser un pueblo identificado con el respeto a la dignidad humana,
la verdad, la libertad, la justicia y el compromiso por el bien común.
Como hijos de Dios, danos la capacidad de construir la convivencia fraterna,
amando a todos sin excluir a nadie,
solidarizándonos con los pobres y trabajando por la reconciliación y la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo y del encuentro, para que juntos construyamos la “civilización del amor” , a través de una real participación y de una solidaridad fraterna.
Tú nos convocas como nación y te decimos: Aquí estamos, Señor,
Junto a nuestra madre, María de Coromoto, para seguir el camino emprendido
y testimoniar la fe de un pueblo que se abre a una nueva Esperanza.
Por eso todos juntos gritamos: ¡Venezuela! ¡Vive y camina con Jesucristo, Señor de la historia.! Amén.